Monitorizar la gestión en la industria alimentaria exige un avanzado software de alimentación.
La seguridad alimentaria se ha convertido, para las empresas del sector agroalimentario, en un capítulo determinante en su gestión, como lo corrobora el montante de recursos humanos y materiales destinados a este menester, con un claro horizonte: asegurar la calidad comercial y sanitaria de los alimentos y satisfacer las crecientes demandas de los consumidores.
Alcanzar tal objetivo no es tarea fácil, pero las nuevas tecnologías han puesto a disposición de quienes gestionan la responsabilidad de la seguridad alimentaria diferentes instrumentos capaces de aunar simplicidad y eficiencia.
Un claro ejemplo lo constituye el software de alimentación, herramienta informática de incuestionable valía para fabricantes y empresas que comercian con alimentos altamente perecederos.
Los reducidos márgenes con los que se trabaja en la industria alimentaria dejan poco espacio para la improvisación en materia de gestión de la materia prima, su almacenamiento y su logística en general.
Un software de gestión ERP puede ser el garante de un servicio altamente eficiente en la cadena de suministro, que se adapte al ciclo de vida del alimento y opere bajo las estrictas normativas sanitarias emanadas de la Unión Europea y de los organismos nacionales y autonómicos.
Ese software de gestión ERP para el sector alimentario ha de cubrir las necesidades específicas de este, más allá de lo que los sistemas tradicionales han venido ofreciendo.
Obviamente, la singularidad de la industria alimentaria obliga al software de alimentacion empleado a contemplar procesadores de alimentos bien adaptados a la ingente variedad de materias primas y productos de todo tipo con los que trabaja.
Las actividades de fabricación, transformación, manipulación, distribución y venta de alimentos, en todas sus acepciones, es decir, lo que se conoce como cadena alimentaria, están consideradas actividades de riesgo sanitario por los peligros inherentes a su propia naturaleza.
Las contaminaciones biológicas, químicas y físicas que toda materia prima o alimento transformado es susceptible de sufrir entrañan peligros para la salud pública, cuya severidad puede llegar, incluso, a la letalidad.
En tal orden de cosas, las autoridades sanitarias, en aras de conseguir una óptima seguridad alimentaria, vienen considerando la cadena alimentaria como un conjunto integral desde hace más de una década y aplican el aforismo “from stable to table”, es decir, desde el origen de la materia prima hasta el consumidor final, tal y como dispone el Libro Blanco de la Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea.
Una exigente normativa de seguridad alimentaria
La puesta en práctica de esta concepción integral de la cadena alimentaria coloca a los operadores alimentarios en el epicentro de la responsabilidad de garantizar la seguridad alimentaria, de tal suerte que puede aludirse al articulado de los Reglamentos (CE) 178/2002 y 852/2004 para calibrar la trascendencia que se otorga a las buenas prácticas de fabricación, manipulación y transporte de las empresas alimentarias, entre las que sobresalen diversos subsectores, como el de las comidas preparadas.
En virtud de tales disposiciones normativas, las empresas implementan rigurosas medidas de prevención y control para garantizar al máximo la calidad de sus productos.
Olvidando el tradicional y ya superado carácter finalista del control alimentario, que proyectaba su actuación desproporcionadamente sobre los análisis del producto elaborado y, en muchas ocasiones, ya puesto a disposición del consumidor.
Las nuevas corrientes de la higiene de los alimentos imponen una monitorización exhaustiva de esa cadena alimentaria bajo la filosofía del análisis de peligros y puntos de control críticos (APPCC).
Esta praxis, fuertemente consolidada, desde la promulgación del Reglamento (CE) 852/2004 antes aludido, se considera la mejor herramienta para evitar la aparición de agentes patógenos, sus toxinas y sustancias químicas, ocasionantes de infecciones e intoxicaciones alimentarias de las que la reciente historia da abundantes ejemplos, como la salmonelosis, la intoxicación por dioxinas, la anisakiasis o el botulismo, entre más de un centenar de patologías referenciadas en los boletines epidemiológicos.
Precisamente, la complejidad de la normativa alimentaria, de la que se ha ido desgranando la punta del iceberg, en ocasiones, se convierte en un obstáculo para su cumplimiento por parte de las pequeñas y medianas empresas.
Este es un campo en el que tiene particular incidencia contar con un buen software de alimentacion como herramienta informática que permita a estas entidades cumplir la legislación vigente de forma sencilla y sostenida.
Sabido es que, para las pequeñas industrias, el cumplimiento de todos los requisitos legales puede ser una utopía, por falta de tiempo, desconocimiento del “papeleo” y falta de recursos de toda índole.
Para facilitarles la labor y contribuir a que estas empresas no se vean amenazadas por las posibles consecuencias de su deficiente control, expertos informáticos de Delsys han desarrollado una excelente herramienta con la que ejercer como un operador alimentario seguro y fiable. Esta solución ya puede ser una realidad y a un bajo coste.
La trazabilidad, un componente básico de la seguridad alimentaria
El concepto de trazabilidad ya alcanzó suma importancia en los sistemas de gestión tradicionales, como la norma ISO 9000-2008, en la que ya se consideraba una necesidad imperiosa llevar una trazabilidad para garantizar la calidad y seguridad de los alimentos.
Sintéticamente, puede definirse la trazabilidad o rastreabilidad como la capacidad de reconstruir, en cualquier momento, la trayectoria que ha seguido un alimento o una materia prima, desde su origen primario y hasta el último eslabón que ha alcanzado en la cadena alimentaria.
Evidentemente, ocupa la máxima relevancia cuando se trata de gestionar una alerta alimentaria, de cara a determinar con precisión las causas del problema sanitario acontecido. Pero no debe tratarse la trazabilidad como un concepto en bloque, sino que debe desglosarse en tres estratos:
- Trazabilidad hacia atrás, que corresponde a la investigación del origen de cada producto o componente.
- Trazabilidad de proceso, que involucra las operaciones registradas dentro de un mismo eslabón de la cadena (por ejemplo, una fábrica).
- Trazabilidad hacia adelante, basada en determinar los destinos seguidos por un alimento o una materia prima, una vez que ha abandonado un centro de producción, transformación o distribución.
El seguimiento de la cadena impuesto por las leyes alimentarias no solo es un elemento más de la seguridad alimentaria, sino que también proporciona a la empresa una serie de beneficios comerciales, como pueden ser la mayor garantía en las entregas al cliente y la agilización del proceso asociado a las recepciones y salidas de mercancía.
Sin duda, una empresa que, valiéndose del software de alimentación de Delsys, lleve un riguroso control de la trazabilidad, alcanzará sensibles mejoras en lo relativo a:
- Control individualizado de lotes.
- Mejora de la gestión de stocks.
- Control eficaz de la evolución del producto, algo fundamental dentro de un sistema de calidad.
- Detección de problemas.
- Retirada selectiva de productos afectados por incidencias. Un sistema de trazabilidad bien implantado permite, en caso de alerta alimentaria, optimizar la reacción ante el caso, disminuir costes y garantizar a tiempo la ausencia de problemas de salud pública.
La solución definitiva: el software ADA Manager de Delsys
Un software de gestión ERP (Enterprise Resource Planning) es la solución a estos problemas para las empresas que se dedican al negocio de la alimentación. Les permite organizar de manera eficiente los procesos en toda la cadena e, incluso, da la opción a la gerencia de delegar ciertas tareas.
Este sistema integra producción, logística y distribución y deja al cliente al margen, por su naturaleza “back office”.
Entre las funcionalidades del software de alimentacion ADA Manager de Delsys, sin ánimo de agotar el catálogo, puede hablarse de:
- Formulación de ingredientes, de cara a que el operario responsable tenga información detallada, a golpe de clic, del producto que está manejando.
- Control de lotes para trasladar hasta los consumidores, mediante la etiqueta, la información de trazabilidad del alimento.
- Flexibilidad: dado que cada empresa alimentaria establece sus propios procesos de producción, es ineludible que el software de alimentacion permita introducir modificaciones con agilidad. Sin olvidar la necesidad de adaptar la metodología de trabajo a la cambiante legislación.
- Automatización de procesos para optimizar la producción y asegurar el cumplimiento de la normativa.
- Gestión de almacén y cadena de suministros. Es imperativo tener un conocimiento permanente del stock para que la reposición de materias primas sea automática.
- Impresión de etiquetas para envasado.
- Optimización logística, por su aplicabilidad a la organización de los transportes, así como a la recepción de la mercancía suministrada por los proveedores.
- Control de los estándares de calidad comercial de la marca, así como de la gestión de ventas en materia de facturación, seguimiento de objetivos, gestión de campañas publicitarias…
- Control sanitario y de calidad (seguimiento de las normas ISO (especialmente, la 22000)), en todo lo concerniente al APPCC, a la planificación de inspecciones, a la formación de los manipuladores de alimentos o a la gestión de las no conformidades.
- Gestión de los códigos EAN: todas las unidades de expedición deben ir identificadas con un código EAN 13/EAN 14, donde llevan impreso el lote y/o fecha de caducidad o consumo preferente. Este software de alimentación permite asignar características variables al producto y automatizar la captura de datos y su registro.
En resumen, Delsys, líder en soluciones informáticas para la industria alimentaria, ofrece a las empresas del sector su software específico ADA Manager. Sin duda, la mejor inversión que pueden llevar a cabo, rápidamente amortizable, para aumentar su potencial y abordar nuevos nichos de mercado.
Si necesitas más ajustes o alternativas, ¡háznoslo saber!
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